El Complejo Arqueológico de Písac se encuentra a unos 18 kilómetros al noreste de Cusco, a 33 kilómetros por carretera, cerca del pueblo del mismo nombre. Se trata de uno de los centros poblados incas más importantes del Valle Sagrado. Fue probablemente edificado como «hacienda real» por el Inca Pachacútec.
Pero si bien no se trató de una fortaleza propiamente hablando, jugó también un papel defensivo importante gracias a su ubicación estratégica privilegiada. En particular contra los antis, un pueblo de la selva sometido varios decenios antes por el inca Cápac Yupanqui.
El complejo está ubicado en la cima de un cerro y tiene una vista espectacular sobre el valle de Urubamba y sobre el pueblo de Písac ubicado en sus márgenes. Está rodeado por dos riachuelos, Kitamayu al oeste y Chongo al este. Como era la costumbre, los incas construyeron la ciudad sobre un trazado representando a un animal, en este caso, a una perdiz («p’isaqa» en quechua).
Písac se compone de núcleos dispersos de andenería, estructuras domésticas y ceremoniales. Se puede mencionar varios sectores : las andenerías, «Qanchisraqay», el cementerio inca «Tanqanamarka», «Kialla Q’asa», «Tianayoc», «Intihuatana», «Pisaqa», los depósitos o «qolqas», la muralla y la puerta «Amaru Punku».
En Písac, existen 16 sectores agrícolas con avanzados sistemas de andenes. Poseen unos de los más impresionantes y bellos muros de contención, constituidos por enormes bloques perfectamente pulidos. El más impresionante se ubica al norte del complejo. Destacan también los andenes ubicados al este del complejo y los andenes ubicados a menos altura, al suroeste del complejo en dirección del pueblo de Písac.
El sector «Qanchisraqay» (también llamado «Kanturaqay»), ubicado cerca de la entrada principal norte, en la parte superior del complejo, se encuentra fuera de la ciudad fortificada. Está constituido por numerosos edificios de barro y piedra sin labrar llamados «pirca». Se encuentran también edificaciones llamadas «kanchas» que sirvieron de habitaciones para las personas que cultivaban los andenes cercanos. Hay también algunos restos de acueductos y fuentes de agua. Este sector tiene una ubicación ideal para vigilar los movimientos de personas en el valle ubicado debajo.
El camino sigue hacia el valle y pasa en la parte superior de unas espectaculares andenerías. En el flanco del cerro opuesto, separado por el riachuelo Kitamayu, se encuentra el cementerio inca «Tanqanamarka». Se trata de una verdadera necrópolis ya que mide unos 100 metros de altura y varios kilómetros de ancho. Según estimaciones, debe haber contenido aproximadamente 10000 tumbas, desde hace tiempo saqueadas principalmente por los conquistadores españoles.
Efectivamente, los incas, creyendo en la reencarnación, enterraban a sus muertos con todas sus pertenencias (joyas, metales, piedras preciosas, etc.) para su nueva vida. En la actualidad, se puede todavía observar los agujeros en la colina.
Siguiendo el camino hacia el sector de «Intihuatana», se llega al sector «Kialla Q’asa», constituido por una serie de edificios de construcción rústica y traza irregular. Pueden haber albergado a trabajadores permanentes encargados de cultivar las tierras alrededor.
Después de pasar por un túnel, se llega a «Tianayoc», ubicado en la parte superior del sector sagrado «Intihuatana» y constituido por habitaciones dispuestas alrededor de una plaza. «Intihuatana» es el sector de mayor importancia del complejo. Está constituido por edificios construidos con piedras rectangulares finamente talladas. En la gran mayoría de ellos, se puede observar típicos nichos incas.
Destaca un edificio en forma de letra D rodeando una formación rocosa tallada de manera especial. Este «altar» es también conocido como «Intihuatana». Puede haber servido para celebrar ceremonias religiosas y para realizar observaciones astronómicas. Debajo del sector «Intihuatana» se encuentran seis «qolqas», o depósitos incas.
El sector «Pisaqa» es un conjunto de edificaciones rectangulares distribuidas para formar un arco. Las paredes de estos edificios son simplemente increíbles de perfección. Se encuentra una construcción similar a un mirador desde donde se tiene una vista espectacular sobre el valle y sobre el pueblo de Písac.
Subiendo hasta el punto de inicio de la visita en el lado oriental del cerro, se puede observar os restos de la muralla, la cual tenía cinco puertas. La única que presenta todavía su dintel se llama «Amaru Punku» o «Puerta de las Serpientes».
Písac ha sido llamada por algunos «la ciudad de las torres». Existen más de veinte construidas en los bordes salientes de la montaña y es difícil establecer a ciencia cierta la función que cumplieron.
Mapa del sitio
Opiniones de nuestros viajeros